Uno de los problemas a los que se enfrenta la enseñanza
historia de la filosofía es la dificultad de encontrar el sentido que tienen
los textos, especialmente cuando se han elaborado en un universo teórico y
simbólico absolutamente distinto al nuestro. Se hace necesario entonces –como
siempre- situar al autor en el interior de su época de modo que los alumnos
puedan comprender el texto como verdadero producto histórico; pero, además,
habremos de procurar un acercamiento más próximo al alumnado, de forma que esta
primera aproximación estimule la curiosidad necesaria para adentrarnos en un
análisis más profundo. Sólo así podrán los alumnos comprender el sentido y le
pertinencia de un discurso aparentemente lejano y extraño.
A este respecto, considero apropiado un acercamiento
a través del cine, compartiendo la opinión de F. Fernández Buey que nos
advierte de cómo “a veces se aprende más filosofía yendo al teatro o al cine, o
leyendo poesía, que estudiando tratados filosóficos”[1].
Por no insistir demasiado en la bondad del cine como
recurso didáctico, me limitaré a subrayar algunos aspectos que aconsejarían su
utilización:
1) Vivimos en una sociedad multialfabética,
rodeados de lenguajes, discursos, etc., erigiéndose como protagonista la
comunicación mediática (televisión, publicidad y cine) y la que engloba a las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Internet o DVD)”;
habremos de reconocer que los estudiantes se sitúan en ese mundo
“fundamentalmente, como receptores”[2].
2)
En tanto que obra humana, las artes y
concretamente el cine, “reflejan los implícitos de la cultura en que se
producen”; fabricando en ocasiones un mundo “con características similares al
que concibieron Aristóteles, Descartes o Kant”[3], o, como
en el caso que abordamos, Platón.
3) El cine aporta además un componente emocional que posibilita la vivencia
del problema, proporcionando así “una especie de 'superpotenciación' de las
posibilidades conceptuales de la literatura”[4].
Por último, al mostrar el alcance del cine -su
capacidad formativa e informativa-, al presentar cómo intervienen en la
práctica algunos elementos del lenguaje cinematográfico, estaremos en mejor
disposición para enfrentarnos –y defendernos en no pocas ocasiones- a ese
lenguaje audiovisual que domina hoy nuestra cultura sin haberlo estudiado jamás.
En
esta página iremos presentando diferentes textos, documentales, vídeos y
enlaces que nos acerquen a este ya centenario lenguaje con el objeto de
comprender mejor la filosofía y la sociedad en la que vivimos.
La política de Spinoza a través de Espartaco
¿Deleuze en el cine?, de Juan Manuel Aragüés (a propósito de Atrapado en el tiempo, de H. Ramis)
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