La República, “tratado de educación más
bello jamás escrito”, tal como lo define Rousseau en El Emilio, nos describe el
modelo educativo propio del régimen político ideal. Se trata de un modelo
selectivo en el que aquellos individuos peor dotados por naturaleza (aquellos
en los que dominan las almas irascible o apetitiva) van siendo excluídos,
asignándoseles así la función que les es específica.
En este proceso, el libro III resulta esencial. Platón nos
muestra en qué consiste la primera educación que deben recibir todos los niños.
Pues bien, esta primera educación, basada en la gimnástica y la música, se basa
en una censura sistemática de todo aquello que no debe ser enseñado.
Ya ahí, en esas sesgadas enseñanzas, se halla presente la
mentira que, de forma explícita, es presentada como prerrogativa exclusiva de
la clase dirigente: