lunes, 5 de noviembre de 2012

Darwinismo social

Desde las teorías de la evolución se ha pretendido en ocasiones justificar la discriminación entre los propios seres humanos. Reproduzco a continuación un fragmento de la obra de Spencer, El individuo contra el Estado, para su análisis y comentario, propongo asimismo dos cuestiones a las que mis alumnos de 1º de bachillerato deberíais responder.



"Al tomar un coche en Londres, causa asombro ver con cuánta frecuencia hay personas que oficiosamente abren la portezuela, esperando recibir alguna recompensa por su trabajo. Disminuye la sorpresa al observar el gran número de vagos que hay a las puertas de las tabernas y la multitud de desocupados que atrae cualquier procesión o espectáculo callejero. Viendo cuan numerosos son en tan corto espacio de terreno, se comprende deben hormiguear en Londres millares de individuos semejantes. "No tienen trabajo", se me dirá. Dígase más bien que, o rehúsan trabajar o se hacen despedir inmediatamente por aquellos que los emplean.

No son otra cosa que parásitos de la sociedad, que de un modo u otro viven a expensas de los que trabajan, vagos e imbéciles que son o serán criminales jóvenes mantenido forzosamente por sus padres, maridos que se apropian el dinero que ganan sus mujeres, individuos que participan de las ganancias de las prostitutas; y aunque menos visible y numerosa, hay a su lado una clase correspondiente de mujeres.
¿Es natural que la felicidad sea el lote de tales gentes? ¿No lo es más bien el que atraigan la desgracia sobre sí y sobre cuantos les rodean? ¿No es evidente que en medio de nosotros debe de haber multitud de miserias que sean resultado lógico de la mal conducta y que no debieran nunca separarse de ésta? Hay una opinión hoy muy preconizada y que siempre ha prevalecido más o menos según la cual todo mal social puede ser remediado y debe serlo por unos u otros. Esta creencia es errónea. Separar la pena de la mala conducta es luchar contra la naturaleza de las cosas, y el pretenderlo sólo conduce a agravar la situación. Por ahorrar a los hombres el castigo natural de la vida disoluta, se hace indispensable muchas veces aplicarles castigos artificiales, como el de encerrarlos en celdas solitarias o el de someterlos al tormento del látigo o de la rueda. Hay un axioma que hacen igualmente indiscutibles las creencias corrientes y la autoridad de la ciencia. El mandamiento "comerás el pan con el sudor de tu frente", es sencillamente el enunciado cristiano de una ley universal de la naturaleza, ley a que se debe su estado actual de progreso la humanidad y por lo cual toda criatura incapaz de bastarse a sí misma debe perecer... Admito que los autores, innovadores y ejecutores de la antigua Ley de pobres han producido tanta desmoralización, que serán necesarias muchas generaciones para que desaparezca. También admito la responsabilidad parcial de los legisladores de nuestros tiempos, por haber hecho posible con sus medidas la existencia de un cuerpo permanente de vagabundos, que van de una a otra asociación y no niego la que alcanza a los mismos por la presencia entre nosotros de un número constante de criminales, puesto que permiten volver a los licenciados de presido en condiciones que casi les fuerzan a cometer nuevos crímenes. Tampoco eximo la responsabilidad a los filántropos, quienes, por favorecer a los hijos de personas indignas, perjudican a los hijos de padres virtuosos, imponiendo a estos últimos contribuciones locales más elevadas cada vez. Convengo además en que este enjambre de vagos, alimentados y multiplicados por instituciones públicas y privadas, ha visto aumentar la miseria que padece a compás de los medios perniciosos con los que se ha querido remediarla.
H. Spencer. El individuo contra el Estado




Cuestiones:
1) Haz un resumen del texto y enumera en breves frases las tesis principales del mismo
2) ¿Crees que se derivan consecuencias políticas de este texto? Explícalas.

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